El ritmo acelerado de las organizaciones en la ciudad exige el reto de combinar elementos como gestión, recursos y tecnología, los cuales impulsados positivamente en un entorno organizacional pueden desarrollarse bajo un modelo ambientalmente sostenible, a partir de esta premisa se puede considerar el concepto de la ecointeligencia, entendiendo que su objetivo es desarrollar las operaciones empresariales afectando lo menos posible al medio ambiente, es de reconocer que el cumplimiento de esta expectativa es muy alta porque resulta un desafío comprometerse con metas de bajo impacto ambiental, sin embargo una cultura ecointeligente inicia con el compromiso y es el primer paso para lograrlo.
Los modelos ambientalmente sostenibles en las organizaciones van desde tareas sencillas que comprenden acciones de uso óptimo de recursos como el papel con su reutilización y reciclaje, ahorro de energía y agua, segregación de residuos en la fuente y establecimiento de compromisos de cada uno de los integrantes de la organización, hasta la implementación de complejos y completos sistemas de gestión ambiental conocidos como la norma ISO 14001, que puede implicar la inversión de recursos humanos, técnicos y financieros.
Las iniciativas ambientales que conducen a un modelo ecointeligente, pueden empezar con:
El concepto de ecointeligencia es completo por lo que inherentemente asocia términos como aprendizaje y adaptación, es por ello que los programas de formación y las campañas que motiven a los colaboradores a complementar su comportamiento ambiental también en casa, son una herramienta eficaz para lograrlo.
Pensar que las próximas generaciones puedan disfrutar de calidad de aire, agua y otros recursos naturales es un agente motivador para la generación y aplicación de ideas ambientalmente sostenibles.